Érase en 1998: El matemático César Camacho Manco (1943- Lima, Perú) resuelve problemas de ecuaciones diferenciales planteadas en 1854 por los matemáticos franceses Briot y Bouquet, su trabajo y esfuerzo fue reconocido y premiado por el entonces presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso

Un simún en la ruta


Hay en la vida muchas cosas que nos marcan para siempre, caminos estrechos impasables debido a la obesidad de nuestras penas y caminos anchos y ajenos que acezantes recorremos y que en el trayecto ganamos y perdemos muchas cosas. Se ganan amigos, se ganan éxitos, se ganan experiencias asaz más interesantes las siguientes que las anteriores, pero estos desde otro punto de vista son penosas, son experiencias que nos enseñan a no cometer el mismo error dos veces, aunque lamentablemente casi siempre cometemos errores parecidos y hasta a veces el mismo error y sentimos el alma como un cristal trizado que mientras más lo pensamos se nos hace añicos y sentimos el desgaire espeluznante del destino hacia nosotros, pero cumpliéndose siempre que al final de esto hay una luz, siempre hay una luz para todo y siempre ganaremos soluciones a nuestros problemas a costa tal vez de colosales o breves emociones plañideras y aquí es donde perdemos: Se pierde la inocencia para muchas cosas, entre ellas y quizá por etéreo acuerdo sobrando o faltando algún sentido, se pierde lo que se resguarda antes de las contracciones y dilataciones en un lecho amoroso y así definitivamente ya gruesos de cavilaciones nos echámos a andar y nos damos tiempo para ver en las enaguas de la vida los placeres que ésta tiene.